El anuncio de Zuckerg para retroceder en medidas de moderación desplegadas sobre todo a partir de 2016 es contundente. Parece decir: “Hasta ahora, y sobre todo desde ese año, nos fuimos adaptando a un sistema de gobernanza internacional colectivo. Ahora iremos solos”. https://about.fb.com/news/2025/01/meta-more-speech-fewer-mistakes/
La historia reciente, desde 2016-2017, señala ese momento como uno en que la empresa, para mejorar su imagen luego de manipulaciones comprobadas e investigaciones periodísticas que demostraban también discriminación en las políticas de ads, dio un cambio de timón: https://nataliazuazo.com/2018/10/01/facebook-y-el-monopolio-la-informacion-como-controlar-la-opinion-desde-una-habitacion-oscura/
Desde entonces, sobre todo desde 2018, no sólo Facebook, sino las corporaciones digitales norteamericanas, enfrentaron un tsunami: “la oleada regulatoria”, en especial desde la Unión Europea. Un reglamento de datos fortalecido, la ley de servicios digitales e inteligencia artificial https://bit.ly/4fWv0uY
Y algo era claro: no es que las empresas en EEUU no estuvieran reguladas en términos de contenidos. Lo estaban, pero según sus propios términos y condiciones. Estaban autoreguladas, una forma de regulación (que sea liberal no significa que no haya reglas) https://www.lanacion.com.ar/tecnologia/plataformas-y-censura-de-la-opacidad-a-la-transparencia-nid10032022/
¿Por qué? Porque, como dice Tallerton Gillespie, solemos pensar que las redes sociales tienen en la moderación de contenidos un trabajo extra. Algo que hacen “al terminar el día”. Pero es justamente al revés: moderar ES el trabajo central de las plataformas. Ejemplos: https://www.youtube.com/watch?v=uspbsfnWF_c&t=7s
Mientras esto sucedía, llegó Elon Musk a Twitter en 2022, hasta entonces una red que mantenía un equilibrio difícil entre libertad de expresión y límites ante los abusos de la misma. Porque sí, existen esos límites, se viene trabajando, no es nuevo (como parece descubrir Zuckerberg). Un ejemplo: https://www.ohchr.org/es/freedom-of-expression
Pero Musk tenía una historia no sólo liberal sino anarco capitalista (sí, como Milei antes de Milei). Trump ya había sido advertido y echado de Twitter, y Musk, un “maximalista de la libertad de expresión”, prometió hacer de Twitter un lugar sin reglas: https://www.lapoliticaonline.com/usa/natalia-zuazo/natalia-zuazo-como-funciona-el-cerebro-de-musk
La historia es lo que vimos: Twitter desandó las políticas que protegían contra discursos de odio, entre otras cosas, y X se convirtió en algo parecido a una cloaca. Hablamos bastante de eso con Diego Iglesias. Acá https://nataliazuazo.com/prensa/nuevas-regulaciones-twitter/ y acá https://www.revistaanfibia.com/viva-la-libertad-de-excrecion-carajo-o-sea-digamos-diego-iglesias/
Después, sabemos, ganó Trump, apoyado explícitamente por dueños de empresas tecnológicas, consideradas por muchos como “la nueva clase donante del partido republicano” https://www.nytimes.com/2024/10/18/magazine/trump-donors-silicon-valley.html
Meta (Zuckerberg), OpenAI (Altman), Amazon (Bezos), X/Tesla/SpaceX (Musk), Khosrowshahi (Uber) no sólo donaron a la campaña, sino también al fondo para la ceremonia de asunción. Meta 1 millón, Amazon 2, OpenAI 1, Uber 1. Poca plata, por los planes que ya muestran. https://www.latimes.com/business/story/2024-12-13/tech-billionaires-zuckerberg-bezos-and-altman-donate-to-trumps-inauguration
¿Entonces, en qué avanzó Zuckerberg hoy, con su mensaje?
1) Antes del 2° Trump, parece trazar un panorama que va hacia una situación de
– desregulación (vuelta a la autoregulación en lo que se pueda)
– proteccionismo digital y legal
y en consecuencia
— > más fragmentación de internet
2) Dice “vamos a seguir luchando para que no haya contenidos graves como pornografía infantil, delitos, etc”. Parece que tendríamos que recordarle su propia historia: Luego de una primera etapa de total “libertad de expresión” (autoregulación), esos fueron contenidos siempre moderados con fortaleza.
3) Luego, sobre todo post Cambridge Analytica, se sumaron varios programas de moderación de contenidos apuntados a reducir la desinformación, iniciativas en épocas de elecciones y crisis, etc. ¿Eran suficientes? Para nada. De hecho, con la comunidad internacional todavía trabajamos en mejorarlos.
4) Uno de esos intentos son las “Directrices para la gobernanza de las plataformas digitales” para temas de libertade de expresión, de UNESCO. https://www.youtube.com/watch?v=RbXTU-3K6fw
5) Ni siquiera hay un total consenso sobre esas Directrices. La comunidad internacional sigue avanzando, por ej, en el reciente Global Digital Compact de NU, donde gran parte de los acuerdos proyectados para 2030 tienen que ver con la “integridad de la información”: https://www.un.org/techenvoy/global-digital-compact
6) Frente a este contexto, el anuncio de Zuckerberg es aún mucho más contundente. Porque las empresas privadas como la suya participan de las negociaciones para llegar a reglas que permitan convivir con los problemas de información que hoy tenemos en la sociedad y repercuten en las redes.
7) Su postura es clara: que las empresas norteamericanas digitales se vuelvan a gobernar por sí mismas, apoyadas por un nuevo gobierno de Trump, que también es promeza de “un nuevo liderazgo para la era de la IA”, según declaró Altam, de OpenAI.
8) Meta va + allá de un mero tema de contenidos: habla de soberanía. Dice que no quiere que “tribunales locales” (los de China, los de América Latina) decidan sobre sus políticas. Dice que la ola regulatoria europea le molesta. Pero no quiere otra propuesta. No quiere ninguna. Trump, Musk, tampoco.
Ante esto, no sólo es necesario reforzar las iniciativas internacionales existentes (llenas de problemas, incompletas sobre todo para los países del sur) en términos de contenidos, sino pensar (como venimos haciendo hace mucho) el poder de decisión de las empresas tecnológicas.
Porque Zuckerberg hoy también dijo: No nos importan los jueces, el único gobierno que vale es el nuestro (el de un par de tipos). A mí, si fuera liberal, ese nivel de “aristocratismo” abierto incluso me preocuparía.
También me preocuparía que no haya argumentación en su mensaje. No hay datos. Nada. Sí: sabemos que los datos ya no importan mayormente, pero su discurso no explica por qué, ni siquiera bañado en un marketing que lo favorezca. Decide y ya.
2025 será un año de muchos más de estos intentos de desregulación. Nada que no conozcamos en Argentina.
Eso afecta a los derechos individuales y colectivos. No protege a la “libertad de expresión”. Sólo beneficia los ingresos de las empresas, en pos de un mensaje liberador.
2025 también será un año de bloques: Trump y los dueños de las tech en USA versus Europa y otros países (como Brasil) que están trabajando en políticas que buscan darle equilibrio los derechos humanos en el ámbito digital.
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